El repollo tiene mala fama por su sabor y olor fuerte. Bien
cocinado queda rico y es muy versátil tanto en crudo como guisado. El secreto
para evitar olores/sabores no deseados, es la cocción. Aunque como todos sois cocineros
experimentados y ya lo sabéis, por si hay algún neófito, hago un paréntesis
para contarlo
La cocción del repollo, según aprendí de la excelente
cocinera que tengo por madre, se hace en dos veces. La primera cocción en olla
con agua que se descarta. El repollo se remoja bajo el grifo para que acabe de
soltarlos restos del agua en la que se ha cocido. La segunda cocción, con agua
limpia y sal.
Ingredientes
- Repollo cortado en juliana o como para ensalada
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharadita pimentón (dulce o picante según gusto)
- 1 cucharadita de cominos molidos
- "chicha" o "truqui" que puede ser lo que tengamos por el frigorífico en ese momento (salchichas ahumadas tipo viena, chorizo, morcilla, taquitos de jamón...)
- Sartén, aceite, paciencia y buen humor, que el repollo no es del gusto de todos
Se pica el repollo y se cuece según se indica arriba.
Reservar.
En una sartén con aceite caliente, se doran los ajos enteros
y pelados y cuando estén listos, se retiran a un mortero. En el mismo aceite
caliente, retirando la sartén del fuego, se tuesta el pimentón, removiendo continuamente.
Volver a poner la sartén al fuego y echar el repollo cocido.
Remover bien para que se impregne del aceite y pimentón.
En el mortero, se majan los ajos y los cominos al gusto. Con
un poquito de agua, se mezclan y se incorporan a la sartén con el repollo.
Seguir rehogando.
Unos minutos después, incorporar la chicha o truqui que se
haya elegido. Las salchichas en rodajas, el chorizo y la morcilla quedan bien
desmigados y ésta última, se puede acompañar también con unos piñoncitos. En el
caso de elegir morcilla, yo recomiendo rehogarla aparte y echarla en el último
momento
Y... voilà.... hasta los más reacios, disfrutan de este sencillo
plato.