Para tener siempre disponible sin esfuerzo alguno el picadillo, podemos aplicar este sencillo truco:
Necesitamos:
- Cubiteras de silicona para hielo o para bombones (el tamaño irá en función de las necesidades familiares)
- Ajo y perejil picado, se puede encontrar ya picado en distintos establecimientos para ahorrarnos el trabajo y mantener nuestras manos sin olores ;)
- Film transparente.
Introducimos con una cucharita el picadillo en cada compartimento de la cubitera hasta llenarlo, lo cubrimos con film transparente para evitar que se contagien otros alimentos del olor del ajo y lo introducimos en el congelador.
Cuando lo necesitemos sólo tenemos que sacarlo de la cubitera y se derretirá en nuestros guisos dando ese sabor tan fresco y natural que le da el toque del ajito y el perejil, pues quedará como recién picado.
Nada más, ya está, así de fácil.
De esta manera, tendremos siempre a mano este ingrediente tan común en nuestros platos.

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